Muchas de nosotras hemos vivido con esa sensación de no ser suficientes. Es un peso invisible, pero constante, que nos lleva a desvalorizar nuestras experiencias ya ignorar nuestros logros. Nos exigimos tanto que olvidamos mirar con amor todo lo que hemos superado.
El problema es que esta desvalorización se convierte en un hábito. Y cuando no reconocemos lo que valemos, es fácil caer en el agotamiento, la frustración, y la idea equivocada de que nunca será suficiente.
Sin embargo, hay algo que quiero recordarte: tu historia importa, y cada obstáculo que has superado es un recurso poderoso.
3 claves para transformar los obstáculos en regalos